El Mapa de las Religiones: Religión y Política

 

Religión y Política


Sandra Jouandeau Gabriel Gonzalez Maltes Clément Morot


La situación geopolítica actual nos muestra, tal vez más que nunca, que muchos conflictos alrededor del mundo tienen causas religiosas. Podemos entonces preguntarnos ¿qué papel juega la religión hoy en la política ? Nos interesaremos primero en las teorías que tratan del lugar de la religión en las ciencias sociales para después, a través de estudios de casos antiguos y luego contemporáneos, ver como el hecho religioso influye en nuestras sociedades. 

La religión si puede ser un objeto de estudio de las ciencias sociales. Como lo escribe Durkheim en Las formas elementales de la vida religiosa, como el hecho religioso se ha perpetuado a través del tiempo y de las sociedades, entonces constituye un producto natural de la vida social. Para el sociólogo francés, lo que designamos como religiones están constituidas por dos elementos. Primero, un relato compartido (el “qué”) por los miembros de un mismo colectivo, a través de una cosmología, una visión del universo y del lugar del ser humano en ello. Segundo, una actitud ritual (el “cómo”), un conjunto de acciones que hay que hacer para hacer vivir este relato. En muchos lugares, son costumbres que la gente ni siquiera va a identificar como relacionadas a la religión.

Durkheim establece también que las religiones tienen el mismo papel, cualquiera sea la sociedad : relacionar los miembros de una colectividad a través de un conjunto de prácticas legitimadas por el mismo hecho de existir. Proporciona cohesión y control social, y para los individuos un sentido de deber. Para Durkheim, las sociedades no parecen poder faltar de un ideal que cumple esas funciones. En el Porvenir de una ilusión, Freud nos dice que si la religión provee cohesión social, también es coyuntural : la religión depende de los grandes parámetros sociales, económicos y políticos de la sociedad. Por otro lado, Marx defiende que las religiones son herramientas de las clases dominantes para legitimar y mantener un sistema desigual. Estos autores concuerdan con que la religión es un cemento de la sociedad. Max Weber identificó el cambio de un mundo tradicional a un mundo moderno por la Reforma protestante. Según él, este cambio de paradigma religioso hizo pasar el mundo occidental de una sociedad donde hay un orden básico de las cosas que no es cuestionado a una sociedad basada en la racionalidad y la reflexividad.

Vemos entonces que hay una relación estrecha entre la religión y la organización de la sociedad. Por esta razón, las religiones pueden cargar propuestas políticas. El debate contradictorio entre los autores alemanes Carl Schmitt, que defiende que los conceptos pertinentes de la doctrina moderna del estado son conceptos teológicos secularizado, y Erik Peterson, que le responde que el monoteísmo como problema político es teológicamente contradicho, demuestra que la religión puede servir para justificar acciones o situaciones políticas. 

En el mundo antiguo, el papel de la religión no era orientado en la misma espiritualidad que hoy en día, pero más bien como una parte plena y entretejida de la organización política y cívica cotidiana. En Atenas, los sacerdotes, como los otros funcionarios, eran elegidos al azar. En la Antigua Roma, personajes como Julio César y Octavio eran sacerdotes, al mismo tiempo que siendo general o cónsul. De hecho, ninguna decisión política se podía llevar a cabo sin la aprobación de lo religioso, generalmente por augures o sacrificios. Se entiende que los miembros de la comunidad tienen una obligación de protección del grupo y del Estado que se manifiesta en la práctica de los rituales religiosos.

En las religiones abrahámicas, re-encontramos también esa intrica relación en el Judaísmo y en menor medida en el Islam. De hecho, los judíos están en el antiguo testamento considerados como una nación, que debe, por la gestión de su estado, honrar al Dios de Israel. Cuando no cumplen con su deber, son castigados colectivamente, por la esclavitud o el exilio, antes de que se reforme un estado judío que es justo para el Dios de Israel. Además, los reyes judíos, como David o Salomón, se convirtieron en figuras bíblicas y políticas honradas.

El cristianismo, en los Evangelios, difiere del judaísmo en este punto. La responsabilidad ante Dios ya no es colectiva sino personal. El mensaje de Cristo introduce un mensaje espiritual que diferencia entre lo temporal y lo intemporal. Como Él dice, Dad pues a César lo que es de César y a Dios lo que es de Dios. Esta separación del clérigo y el laico se encuentra también en su respuesta a Pons Pilato: Mi Reino no es de este mundo. Sin embargo, el catolicismo combinaría muchas características romanas con el culto cristiano, como la adoración de los santos y el establecimiento de un clero organizado y político.

El Islam está más cerca del judaísmo que del cristianismo bíblico en la relación entre lo político y lo religioso. El Profeta Muhammad no sólo es un líder espiritual, sino también un señor de la guerra y un líder político. De hecho, el Islam es una verdadera doctrina política, que trata de organizar todos los aspectos de la vida, la ley, la moral y la organización de la sociedad bajo el establecimiento de un califato que aplicaría la ley de Dios llamada Sharia. Los fieles deben llevar una vida piadosa, queriendo seguir el ejemplo del Profeta y honrarlo, una figura muy política en sí misma. 

En la historia del mundo, hasta el día de hoy, la religión ha sido usada como motivo de conflicto o guerra. Estas guerras oponen a los partidarios de religiones diferentes o de la misma religión con interpretaciones diferentes. Así, tratan entonces de conflictos que ocurren resultando de una opinión religiosa. 

Los conflictos religiosos interfieren con la política a nivel nacional y a nivel internacional, especialmente cuando ocurre una intervención de otros países al conflicto. Podemos ver eso más particularmente en los conflictos religiosos contemporáneos, en los cuales los factores religiosos y los factores políticos se mezclan y pues se vuelven particularmente violentos y difíciles de resolver.

Por ejemplo, el conflicto israelí-palestino en el Medio Oriente que ha opuesto a dos nacionalismos, judío y árabe palestino; incluye una importante dimensión religiosa, sobre todo porque Israel es un estado judío, con una mayoría judía, y los palestinos son predominantemente musulmanes. Esta diferencia religiosa ha resultado que la mayoría de los países musulmanes, y no sólo árabes, no han reconocido al Estado Israeli. Israel se encuentra entonces no solo en contra de los palestinos, sino en contra de toda la comunidad musulmana (la Ummah). 

Hasta ahora, las Naciones Unidas han emitido casi un centenar de resoluciones del Consejo de Seguridad y la Asamblea General para resolver el conflicto y también se han llevado a cabo varias negociaciones y conferencias de paz. El conflicto, que era en teoría solo una lucha local entre dos nacionalismos, se ha convertido en una preocupación y fuente de tensión internacional, afectando el orden político y económico mundial.

Otro conflicto actual con características religiosas es el conflicto actual entre la India y el Pakistán, separados en 1947 por motivos religiosos. A diferencia del otro conflicto, este empezó por motivos religiosos y se ha convirtido en un conflicto nacionalista. Sin embargo, cabe destacar que el lado religioso ha persistido en el conflicto, como en el nacionalismo hindú o las diversas corrientes islámicas en el Pakistán.

Sin embargo, a pesar de los conflictos que nacieron por la religión, la religión es también un motivo para ciertas organizaciones o asociaciones humanas para empujar al progreso humano. Estas organizaciones vienen a veces a reemplazar, o ayudar el deber del Estado del país dando el acceso a la educación, al agua potable, el derecho a la vivienda y a la comida, a la igualdad entre los sexos y a la salud para todos. Sin embargo, estas organizaciones han tenido a menudo peso político en sus sociedades, como la Iglesia o los Hermanos Musulmanes.

Hoy en día, la mayoría de los países no tienen una religión oficial del estado. Cabe señalar, sin embargo, que la mayoría de los países musulmanes reconocen el Islam como la religión oficial. En cualquier caso, las religiones, como el cristianismo en Europa, han influido y están influyendo en la moral y en la organización de la sociedad, aunque haya perdido su lugar oficial.



FUENTES:

  • Blandine Chélini-Pont, Roland Dubertrand, Valentine Zuber, La Cliothèque,

  • Bruno Duriez, François Mabille et Kathy Rousselet, L’Harmattan, Les ONG confessionnelles. Religions et action internationale, (2007)

  • Council foreign relations, Israeli-Palestinian Conflict, (2020)

  • CrashCourse, Max Weber and & Modernity: Crash Course Sociology #9
    https://www.youtube.com/watch?v=69VF7mT4nRU

  • CrashCourse, Religion: Crash Course Sociology #39
    https://www.youtube.com/watch?v=pIgb-3e8CWA

  • Emilio Menéndez del Valle, Real Instituto Elcano El derecho de veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: ¿obstáculo insalvable para la Responsabilidad de Proteger?, (2016)

  • Géopolitique des religions. Un nouveau rôle du religieux dans les relations internationales?, (2019)

  • Geréby, G. (2008) “Political Theology versus Theological Politics: Erik Peterson and Carl Schmitt”, New German Critique, 35-3

  • Hiernaux, J. (2006) Repensar la religión en un mundo en transformación, en : Relaciones. Estudios de historia y sociedad civil, vol. XXVII, num. 108, 2006, pp. 85-104, El Colegio de Michoacán, A.C.Zamora, México

  • "Politics and Religion: Politics and Ancient Mediterranean Religions ." Encyclopedia of Religion. . Encyclopedia.com. (October 16, 2020).

  • Religion et geopolitique, Revue Conflits, revueconflits.com 

  • Restrepo, L (2015) Revelación y teología de las religiones: J. Dupuis y A. Torres Queiruga en diálogo

Comentarios

  1. Es interesante el documento. En la pregunta inicial mencionan "¿qué papel tiene la política en la política? lo que probablemente resulte como la religión en la política.

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